Sunday, June 04, 2006



¿Existe una relación entre la globalización y la baja institucionalización de los sistemas políticos latinoamericanos como para que se hayan producido los denominados gobiernos neopopulistas ?

Escrito por: Constanza Zambrano G.

Durante las dos últimas décadas del siglo XX es posible comenzar a observar un fenómeno, que ya en nuestro tiempos es toda una realidad, la globalización; la cual se caracteriza por crear una red de flujos que traspasa todos los ámbitos de la cotidianeidad y que “en su encarnación actual de capitalismo informacional desregulado y competitivo, supera a los Estados, pero articula a los segmentos dinámicos de las sociedades en todo el planeta, al tiempo que desconecta y margina a aquellos que no tienen otro valor que el de su vida”[1]. Esta aseveración de Manuel Castells, nos da un primer acercamiento a la respuesta de nuestra interrogante, ¿Existe una relación entre la globalización y la baja institucionalización de los sistemas políticos latinoamericanos como para que se hayan producido los denominados gobiernos neopopulistas? Con el fin de contestar esta interrogante, analizaremos algunos actores de los sistemas políticos, el Estado y los partidos políticos, observando como la globalización ha influido en el decaimiento de su institucionalización; luego, daremos una pequeña reseña de como a partir de este fenómeno han surgido gobiernos neopopulistas en América Latina.

Profundizando en lo mencionado anteriormente, Manuel Castells señala que el proceso de globalización ha generado que el Estado pierda espacio dentro de la esfera social, debido a las presiones de un constante cambio tecnológico, económico y cultural, teniendo que formar alianzas estratégicas en busca de cooperación internacional y devolviendo cuotas de poder a ámbitos subnacionales. En el caso de América Latina, a fines del siglo XX el Estado comenzó a hacerse cargo del fenómeno de la globalización , comenzando un proceso de modernización e integración económica, pero que significó altos costos sociales, una creciente desigualdad entre el sector económicamente moderno y el informal, junto con dejar amplios territorios y sectores sociales excluidos. Es así como, “En la medida en que el Estado aparece como agente de la globalización y en la medida en que se despega de sus bases sociales tradicionales, la separación entre Estado y nación lleva a una crisis de identidad nacional como principio de cohesión social” [2], provocándose entonces un quiebre en la institucionalidad latinoamericana.

Ahora bien, otro actor del sistema político que ha sufrido un decaimiento en su legitimidad son los partidos políticos, los cuales se han visto afectados por una serie de cambios ocurridos en América Latina durante las últimas décadas del siglo XX. En primer término, tenemos el proceso de redemocratización que derrumbó los gobiernos autoritarios y que, junto con traer nuevos aires a la política nacional, a los ciudadanos y a los partidos políticos, también generó un deterioro de la movilidad social. Según Scott Mainwaring y Timothy Scolly, “los partidos políticos no han respondido a los desafíos de la representación de intereses, de la entrega de apoyo sostenido a los gobiernos y de la generación de legitimidad (...) los partidos no se han aprovechado efectivamente de las nuevas oportunidades para el desarrollo de las instituciones”[3]. Por otra parte, estos mismos autores señalan que otro de los factores que determinaron el debilitamiento de los partidos políticos fue la crisis económica que se produjo durante la década de los 80, influyendo especialmente en los partidos gobernantes, “la continuada crisis económica significó que muchas veces los partidos no pudieron aprovechar al máximo las oportunidades institucionales que el reinicio de la política electoral les proporcionó. La democracia trajo consigo la idea de que los partidos eran responsables en parte por determinar quien gobernaba y por el rendimiento de los gobiernos”[4]. En otro sentido, Dörte Wollard menciona que “excluidos de los procesos reales de decisión del poder ejecutivo dominante y enfrentados con una realidad altamente heterogénea e individualizada, los partidos políticos entraron en crisis, una crisis que es tanto de rendimiento como de representatividad”[5] Considerando esto último, tenemos que esta crisis de representatividad conlleva a un alejamiento de los ciudadanos y los partidos políticos, cuyo espacio ha sido en parte llenado por los medios de comunicación, que han aprovechado el proceso de la globalización para dar una información inmediata y mostrar lo que está ocurriendo en cualquier lugar del mundo. De esta manera, se está generando un nuevo espacio público, al que un grupo abundante y heterogéneo tiene acceso inmediato, tanto como emisor, receptor y fiscalizador de las instituciones políticas.

Reunamos entonces los hechos anteriores, para señalar las causas de la aparición de los neopopulismos. En primer término, la disminución de la capacidad integradora del estado genera una política centrada en personalidades y en una relación mediática con las masas[6]. Por otra parte, podemos mencionar como factor el rechazo a los partidos políticos y a la clase política en general, lo que llevó a los votantes a buscar a lideres que estuvieran dispuestos a romper con el statu quo[7]. Por último, los nuevos líderes contaban con otro tipo de instrumentos para que expresarse y darse a conocer, especialmente los medios de comunicación[8], siendo esta otra de sus funciones junto con las que se mencionó más arriba. Fue así como surgió un nuevo populismo que se caracteriza porque, “abandonaron el intervencionismo económico del estado para seguir la nueva orden del neoliberalismo (...) eran aún más enfáticos en denunciar los partidos políticos que sus antecesores (...) estaban dispuestos a abandonar ciertos sectores que habían sido cruciales para los antecesores clásicos (...) finalmente encontramos en el discurso de los neopopulistas menos énfasis en la cultura popular[9].

Todo lo señalado anteriormente, nos muestra como sí es posible establecer una relación entre la globalización y la baja institucionalización de los sistemas políticos y como estos factores determinaron la aparición de los neopopulismos, fenómeno bastante resiente y que se vive en algunos países de Latinoamérica, como en Venezuela con Hugo Chavez, siendo quizás el caso más emblemático y que se encuentra más asentado en la retina de la opinión pública.



[1] Castells, Manuel “Globalización, identidad y Estado en América Latina”, Documento Temas de Desarrollo Humano Sustentable, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Chile, mayo/junio 1999. p. 4

[2] ibidem P.12

[3] Mainwaring, Scott y Scully, Timothy “La construcción de instituciones democráticas. Sistema de partidos en América Latina” CIEPLAN Chile, 1996. P. 377

[4] ibidem p. 378

[5] Wollard, Dorte “Crisis de representación política y nuevo protagonismo de los medios de comunicación” en Thomas Manz y Moira Suazo “Partidos políticos y representación en América Latina”, Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales, Friedrich Ebert Stiftung, editorial Nueva Sociedad, Venezuela, 1998. P. 214

[6] Castells (1999) P. 14

[7] Conniff, Michael “Neopopulismo en América Latina. La década de los noventa y después” en Revista de Ciencia Política Vol. XXIII Nº1, Instituto de Ciencia Política, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago 2003. P. 32

[8] ibidem P. 33

[9] ibidem P. 32


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