Friday, November 17, 2006

¿De qué manera el populismo y la izquierda actuaron como antagonistas a la consolidación de los sistemas políticos latinoamericanos hasta la década de los sesenta?"

Por: Hernán Mussa N.

En las próximas páginas lo que intentaremos es responder a la interrogante, ¿De qué manera el populismo y la izquierda actuaron como antagonistas a la consolidación de los sistemas políticos latinoamericanos hasta la década de los sesenta? Para responder esta pregunta, lo primero que debemos hacer es construir una definición de lo que entenderemos como sistema político. En este campo, existen múltiples autores que han tratado de responder a esta pregunta, desde los clásicos Aristóteles y su visión de la ética, Santo Tomás y la corriente escolástica, hasta los más contemporáneos entre los que se encuentran autocráticos, sistémicos y democráticos como Arendt (1958), Easton (1989), Sabater (1994) o Touraine (1995); es por tanto que, en atención a los aportes de renombrados intelectuales, el presente trabajo entenderá al sistema político como un macro concepto que involucra la forma de gobernanza, las relaciones e instituciones que detentan el poder político, las estructuras sociales y las instituciones.

Ahora bien, a partir de esta demarcación, debemos recalcar que dentro de los sistemas políticos podemos encontrar regímenes democrático y autocráticos. En este sentido, consideramos, frente a la pregunta enunciada, que no es posible determinar que los populismos y la izquierda actúo como antagonistas en la consolidación de los sistemas políticos (en su sentido amplio y no sólo en su forma democrática), sino más bien, fueron agentes de cambio para éstos. Con el fin de argumentar mejor esta propuesta, analizaremos las características de estos nuevos actores y los cambios sociales y políticos ocurridos en el periodo señalado.

A raíz de la revolución industrial, que generó un cambio del motor productivo de los países, la forma de vida de los trabajadores en todo el mundo debió cambiar también, pasando desde el trabajo manual en cosechas y ganado al trabajo tecnificado y de forma mecánica en grandes industrias. Este fenómeno no fue ajeno América Latina, la cual en la primera mitad del siglo XX, generó migraciones internas de relevancia desde el campo hacia la ciudad, lo que darían lugar, a un sector obrero vinculado a industrias y la gran minería, y junto a esta una clase media educada y que principalmente se desempeñaba en la administración del Gobierno, profesionales y burócratas que vivían en la ciudad.

Es en este escenario de repentina sobrepoblación y mala calidad de vida inicial se pudieron observar “cinturones de vida miserable (Villas Miserias en Argentina, Fabelas en Brasil, Pueblos Jóvenes en Perú)” (Malamud, 1997 p56) lo que generó una condición de clase trabajadora, que al poco tiempo reclamarían participación en las decisiones políticas por medio de nacientes partidos políticos como son Partido Radical Chileno, el Colorado Uruguayo o La Unión Cívica Radical de Argentina; es así como, “...el tejido industrial se iba extendiendo, el movimiento sindical se iba haciendo más fuerte y eso repercutía no solo en la fundación y organización de sindicatos obreros, sino también en la articulación de partidos políticos que se autoproclamaban defensores de los derechos de los trabajadores” (Malamud, 1997 p52). Por otra parte, el partido comunista, paradigma en el extremismo de izquierda actual, funcionaba de una manera más bien similar a los demás partidos populares, para Jorge Castañeda, “la primera etapa de los partidos comunistas duró desde los años de la formación hasta el séptimo Congreso de la Comintern en 1935 [ahí la convocatoria era] ampliar las alianzas de los partidos comunistas primero con los partidos de la clase obrera, luego con los de las clases medias y al fin, incluso con la franja antifascista de la burguesía” (Castañeda, 1994 p32).

Todo lo anterior demuestra claramente una modificación del escenario político, principalmente enfocado en las estructuras sociales y los partidos políticos relevantes en el sistema; sin embargo, es claramente un contrasentido pensar que su actuar era de antagonistas, entendiendo por antagonista a contrarios a la dominación e incluso al Estado, una perspectiva más cercana al anarquismo que a la izquierda que analizamos. Por tanto, no era de extrañar que participaran activamente en un sistema donde, incluso en casos específicos lograron la gobernanza, como son los casos de los gobiernos radicales en Chile.

Por otra parte, junto al fenómeno de las izquierdas, en otros países se produjo un proceso igualmente interesante, el populismo. En este movimiento el beneficiario de la estructura de cambio eran las dominadas clases medias, las cuales dejaron de ser cooptadas para convertirse en los mayores promotores, beneficiarios y articuladores de las políticas públicas. Para Antonio Cortés podemos distinguir a lo menos tres tipos de clases medias: a) la clase burguesa propietaria; poco competitiva, que se amarraba a las grandes empresas y que se amparaba en mercados populares generando relaciones con todo el espectro social. b) la pequeña burguesía asalariada; profesional liberal, burócrata y trabajador no obrero, acá se encuentra en su mayoría el funcionario público. c) el trabajador intelectual; cuya característica radica en la función intelectual que cumple en el proceso productivo y en la definición de políticas. (Cortés, 1989 pp45-46)

Bajo el soporte de bases populares amplias y con arreglo a las clases medias, una figura resaltaba por sobre las demás para concentrar el poder, si bien en algunos casos para cambiar el status quo (Perón) u otros para mantenerlo (Vargas); Para Hermet “lo que define el populismo es más bien su carácter antipolítico, es decir la controvertida promesa de satisfacer inmediatamente y sin revolución las necesidades populares” (Hermet, 2003 p1). Así, las características primarias del populismo es su separación con los partidos políticos donde la figura del caudillo sobrepasa al sistema, las ideologías pasan a un segundo plano y se exacerba la historia, costumbre y tradición del pueblo.

Dentro de este esquema podríamos señalar que los populismos nacidos en urnas pueden ser vistos como regímenes democráticos de amplias bases populares como lo fueron Perón en Argentina y Vargas en Brasil, aunque con cariz autoritario. Es así, como para Jaguaribe “los populistas mantienen con el tiempo una relación particular, radicalmente ajena a la relación que los practicantes comunes de la política tiene con ella” gran parte de la estructura institucional queda relegada a una posición menos relevante, ya que el líder se relaciona con “ausencia de mediación de niveles intermedios” (Hermet, 2003 p5).

Ante todo lo señalado precedentemente, es necesario concluir afirmando que, si bien la inserción de la izquierda y el populismo en Latinoamérica generó una transformación del sistema político que imperaba hasta su llegada, no es menos cierto que su motivación al parecer, nunca se centró en la disolución del sistema (no tendría un carácter antisistemico), entendiendo por sistema político el concepto amplio que se señaló en un comienzo.

Bibliografía

  • Arendt, Hannah; “The Origins of Totalitarianism” GEORGE ALLEN & UNWIN LTD London; Second Edition, United State of America, 1958.
  • Asensi Sabater, Jose; “Estado y representación política: esquema de una crisis” Revista Sistema, Fundación Sistema, Madrid España, Marzo 1994.
  • Castañeda, Jorge; “La utopía desarmada. Intrigas, dilemmas y promesas de la izquierda en América Latina” Ed. Espasa Calpe, Argentina S.A/Ariel, Buenos Aires Argentina, 1994.
  • Cortés, Antonio; “El rol politico en las clases medias en América Latina” (comp.) Juan Carlos Rubistein “El estado periférico latinoamericano”, Ed. Eudeba, Buenos Aires Argentina, 1989.
  • Eastón, David; “Un enfoque sistemico de la vida política” (comp.) Ramón García Cotarello y Juan Luis Paniagua “Introducción a la Ciencia Política” Ed. Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid España, 1989.
  • Hermes, Guy; “El populismo como concepto” Revista de Ciencia Política Vol. XXIII, Nº1, Instituto de Ciencia Política, Pontificia Universidad Católica, Santiago Chile, 2003.
  • Malamud, Carlos “América Latina, siglo XX. La búsqueda de la democracia”, Editorial Síntesis, Madrid España, 1997.
  • Touraine, Alain; “Qué es la Democracia” Ed. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires Argentina, 1995.

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